La Competitividad: El Verdadero Motor de las Energías Renovables en Argentina

En una reciente conversación con Martín Brandi, CEO de PCR, surgió una revelación significativa sobre el futuro de las energías renovables que merece nuestra atención. A pesar de ciertos contrapesos en el panorama internacional, el sector continúa su trayectoria ascendente por una razón contundente: ha demostrado ser no solo una alternativa sostenible, sino también económicamente competitiva.

La competitividad como pilar fundamental de las renovables

Martín Brandi lo expresó con notable claridad: “La energía renovable, además de ser renovable, tiene que ser competitiva”. Esta afirmación desmitifica la percepción de que las energías limpias representan necesariamente un costo premium. Como señaló enfáticamente: “Nosotros no nos damos el lujo de porque la energía es renovable venderla 20% o 30% más cara que la energía térmica, eso no existe”.

Esta realidad marca un punto de inflexión en el mercado energético. La competitividad de las renovables no es una aspiración futura, sino una realidad presente que está transformando el panorama energético en Argentina y el mundo.

“Todos los contratos que tenemos con empresas industriales, que si bien tienen metas de reducir su huella de carbono, han terminado consiguiendo ahorros.” – Martín Brandi, CEO de PCR

Esta declaración revela un beneficio dual extraordinario: las empresas no solo avanzan en sus objetivos de sostenibilidad, sino que simultáneamente mejoran su balance financiero. Según datos de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), la nueva capacidad renovable agregada desde el año 2000 redujo la factura de combustibles del sector eléctrico mundial en 2022 en al menos 520.000 millones de dólares.

El doble valor para el sector industrial

Para los CEOs, CFOs y directivos de empresas industriales, esta realidad presenta una oportunidad estratégica excepcional. La transición hacia fuentes renovables ofrece:

  • Reducción de costos operativos: Contratos de suministro que generan ahorros tangibles en comparación con fuentes convencionales.
  • Cumplimiento de objetivos ESG: Avance en las metas de descarbonización sin comprometer la rentabilidad.
  • Estabilidad en precios energéticos: Menor exposición a la volatilidad de los mercados de combustibles fósiles.
  • Mejora en la reputación corporativa: Posicionamiento como empresa comprometida con la sostenibilidad.

Esta convergencia entre sostenibilidad y rentabilidad está redefiniendo las decisiones estratégicas en materia energética. Las empresas que comprenden esta dinámica están obteniendo ventajas competitivas significativas en sus respectivos sectores.

El caso argentino: potencial y realidad

Argentina posee condiciones excepcionales para el desarrollo de energías renovables. Sus recursos eólicos en la Patagonia y solares en el noroeste figuran entre los mejores del mundo. Sin embargo, el verdadero catalizador para la adopción masiva no es solo este potencial natural, sino la creciente competitividad económica de estas tecnologías.

Las empresas industriales están descubriendo que la transición hacia fuentes renovables no representa un sacrificio financiero en aras de la sostenibilidad, sino una decisión estratégica con beneficios tangibles en múltiples dimensiones.


La conversación con Martín Brandi nos deja una lección fundamental: el futuro de las energías renovables está asegurado no solo por su contribución a la descarbonización, sino por su capacidad para ofrecer una propuesta de valor económicamente atractiva. Para los líderes empresariales, esto representa una oportunidad para transformar sus estrategias energéticas, obteniendo simultáneamente beneficios ambientales y económicos.

¿Su empresa está aprovechando esta realidad? Le invitamos a explorar cómo la competitividad de las renovables puede transformar su estrategia energética y fortalecer su posición en un mercado cada vez más consciente de la sostenibilidad.