Crusoe acaba de cerrar una ronda de USD 1.400 millones y está construyendo un campus de 1,2 GW para OpenAI en Texas.
Esto no es un caso aislado. El propio OpenAI firmó acuerdos por hasta USD 1,5 billones para chips y centros de cómputo en lo que va del año.
En ese contexto, el proyecto OpenAI + Sur Energy en la Patagonia nos presenta una oportunidad de poner a la región en el mapa global de infraestructura crítica.
Pero el aprendizaje clave post-Texas y Wyoming es claro: los mega data centers no se cierran solo con CAPEX y tecnología. Los cuellos de botella pasan por:
- La disponibilidad de energía (PPAs firmados y permisos asegurados).
- Las estructuras de financiamiento a largo plazo.
- El stack de seguros y compliance alineado a project finance (cyber, performance bonds, lender requirements).
Sin resolver estos tres puntos, los plazos y costos se disparan. Y la Patagonia, con su mix de renovables y potencial de cooling, puede competir si logra cumplir los mismos estándares de los grandes mercados.
¿Ustedes cómo ven el panorama para el desarrollo de data centers de IA en la región? ¿Creen que hay potencial para este tipo de proyectos?
